El 65% de las personas excuidadoras manifiesta que haber cuidado a su familiar le ha afectado a nivel personal en ámbitos tan amplios como la personalidad, las emociones, la salud física y psíquica, las relaciones familiares y sociales o el ámbito laboral. Concretamente, señalan que ha generado aspectos tales como preocupación, tristeza, desatención al resto de familiares, problemas emocionales, desgaste de salud, ansiedad, estrés u otros problemas psicológicos.
Esta es una de las conclusiones recogidas por la CEAFA (Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias) en su informe “Comprendiendo la situación de las personas excuidadoras. Cómo afrontar la vuelta a la normalidad tras años de cuidado de un ser querido con demencia”, un documento a través del cual pone de relieve las necesidades de las personas que tras un determinado número de años dejan de atender y cuidar a un ser querido, en varias áreas o dimensiones en las que se pueden presentar obstáculos o barreras que condicionan el regreso a una vida normalizada, y plantea una serie de recomendaciones de apoyo para reactivar su vida (recuperación de su autocuidado y vida personal, afectiva y familiar, reincorporación a la vida social, relacional y de ocio, reciclaje formativo-laboral, superación de la soledad y aislamiento social, etc.).