Los profesionales sanitarios que están en primera línea frente a la COVID-19 no sólo se exponen a problemas de salud física, incluido el riesgo de fallecimiento, sino también a un mayor malestar psicológico, fatiga crónica y problemas de estigmatización, discriminación, violencia física o psicológica y acoso. Así lo ha reconocido la Organización Mundial de la Sauld (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un documento titulado COVID-19: seguridad y salud laboral del personal sanitario.
En el documento se subraya la necesidad de proteger la salud física y mental de este colectivo de profesionales, que presentan un mayor riesgo de infección, trastornos de la piel, estrés término por el uso prolongado de equipos de protección individual, mayor exposición a toxinas por el mayor uso de desinfectantes, así como un mayor malestar psicológico, fatiga crónica y problemas de estigmatización y violencia.