Las crisis económicas generan un enorme sufrimiento a la sociedad, empobreciendo a muchas familias y sumiéndonos en profundas inseguridades. Sus efectos negativos pueden hacerse sentir casi inmediatamente, sobre todo en los grupos de población más desfavorecidos. Aun cuando la macroeconomía nos indique que una crisis ya ha pasado de largo, sus cicatrices seguirán siendo visibles durante mucho tiempo, puesto que la recuperación no llega a la misma velocidad para todos. Una de las dimensiones más negativamente afectadas es la salud mental.
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