Cuando el primer rayo de sol entra por la ventana sé que mi hija abrirá la puerta de mi habitación y me dirá: “Vamos Mamá, es hora de levantarse”, pues es lo que me dice todas las mañanas, echo de menos que alguna vez me pregunte a qué hora quiero levantarme (Derecho a decidir, decidir es un principio y un derecho). Últimamente, me he dado cuenta que mi hija decide casi todo por mí, “a qué hora me tengo que acostar, lo que tengo que andar diariamente, la hora a la que tengo que desayunar, comer y cenar” (Derecho a elegir libremente), dice que lo hace porque me quiere, pero me pregunto si “el amor es elegirle todo a la otra persona”.