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22/09/2023Papel de la Psicología en el COVID persistente pediátrico

Los profesionales de la Psicología y de la Neuropsicología tienen un papel “esencial” en el abordaje del COVID persistente pediátrico. Así lo recoge un reciente artículo publicado en la revista Monitor on Psychology de la American Psychological Association (APA). En dicho artículo, se abordan las peculiaridades del COVID persistente pediátrico. En concreto, se analiza su impacto en el rendimiento escolar y las aportaciones de la psicología en el tratamiento y apoyo a estos menores.
El COVID persistente comprende un conjunto de síntomas que pueden ser consecuencia de la infección viral en sí misma o de la inflamación que desencadena dicha infección. Este síndrome se puede identificar a partir de cuatro semanas después de la infección por COVID-19. Se caracteriza por la presencia de síntomas continuos o recurrentes del virus o nuevos problemas que aparecen días o semanas después de la recuperación inicial. Se trata de un cuadro complejo que suele requerir la intervención de múltiples especialidades, tales como neumología, cardiología, fisioterapia y neuropsicología.
Según se explica en el artículo, se estima que alrededor del 1% de los menores que han sufrido COVID-19 desarrollan este síndrome. Estos jóvenes suelen presentar síntomas similares a los de los adultos. Entre dichos síntomas se encuentra fatiga, dificultad para respirar, dificultad para dormir, dolor abdominal, mareos, dolores de cabeza, pérdida de memoria y dificultad para concentrarse. En lo que respecta a la actividad diaria, uno de los problemas más incapacitantes es el agotamiento extremo que se produce después de un esfuerzo físico menor, como subir un tramo de escaleras…