“Trabajar con los miembros asociados para ayudar a los países a fortalecer sus servicios de salud esenciales, con especial atención a la salud mental, los sistemas de prevención y control de la salud pública y otros impactos sociales, así como a prepararse y responder a brotes concurrentes, como la influenza estacional”. Este ha sido uno de los compromisos adquiridos por el Comité de Emergencia de la OMS, tal y como aparece recogido en la Declaración sobre la última reunión realizada el 29 de octubre de 2020.
Durante la reunión, el Comité de expertos y representantes de la OMS, reconoció la necesidad del liderazgo de la OMS para coordinar una respuesta mundial frente a la COVID-19, especialmente en lo que respecta a la elaboración de recomendaciones y orientaciones basadas en la evidencia, el apoyo operativo y en asistencia técnica, y la lucha contra los mitos y desinformación sobre la COVID-19.