El uso de ansiolíticos y pastillas para dormir ha repuntado desde 2020, lo que organizaciones profesionales de la medicina y la psicología achacan a las carencias de la Atención Primaria agravadas con la covid y también a patrones sociales de consumo arraigados.
Por segundo año consecutivo, España figura como el país del mundo donde se toman más benzodiazepinas, es decir, ansiolíticos, sedantes y pastillas para dormir, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de Naciones Unidas publicado este mes. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad refleja esta tendencia en sus estadísticas, que revelan un crecimiento de más de diez puntos del uso de los tranquilizantes en la última década en nuestro país, un incremento que se ha acentuado durante la pandemia tras un periodo de estancamiento del consumo.